El consistorio desea que lleguen nuevas familias con niños a la localidad para garantizar el futuro de la escuela y asentar población
El Ayuntamiento de Farlete pondrá dos viviendas de propiedad municipal, en régimen de alquiler, a disposición de nuevos pobladores con el objetivo de que se asienten nuevas familias con niños en esta localidad, garantizando así el futuro de la escuela.
El alcalde de Farlete, Héctor Azara (Cs), ha explicado que el consistorio ha elaborado un pliego de condiciones para adjudicar estas dos viviendas a familias con hijos. “Tenemos dos casas disponibles de propiedad municipal y las pondremos en alquiler a un precio máximo de 300 euros al mes”, ha detallado.
Se trata de casas de unos 90 metros cuadrados, con cuatro habitaciones y garaje, situadas en el casco urbano, en una zona de viviendas de carácter social. Los inquilinos pagarán un máximo de 300 euros al mes, si bien se podrán beneficiar de bonificaciones según sus ingresos.
Tendrán derecho a solicitar el alquiler de las viviendas municipales las personas que estén inscritas en el padrón municipal, que adquieran el compromiso de empadronarse o quienes residan habitualmente en la localidad. En la adjudicación de los inmuebles se tendrá en cuenta el número de personas de cada unidad familiar, el número de menores que puedan asistir al colegio público Virgen de La Sabina, el contrato de trabajo de que dispongan y la renta familiar. Los adjudicatarios que cumplan con los requisitos que el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) establece para las ayudas al alquiler de la vivienda podrán solicitarlas.
“En Farlete también sufrimos la despoblación y hemos implementado otras medidas para mantener nuestro colegio abierto”, ha indicado el alcalde, recordando que, con anterioridad, se ofrecieron 24 hectáreas de terreno a las familias que llevasen a su hijo al centro escolar del municipio. En este equipamiento estudian siete niños, de entre 3 y 12 años. “Intentamos en todo momento que el colegio no se cierre”, ha recalcado, para agregar que el objetivo es “no perder más población”.
Las viviendas se están acondicionando con fondos propios del consistorio y del Plan Unificado de Subvenciones de la Diputación de Zaragoza. “Estamos realizando una puesta a punto de ventanas, calefacción, cocinas y baños y la primera casa estará disponible para entrar a vivir en unos tres o cuatro meses”, ha concluido.